martes, 11 de diciembre de 2012

Del cuaderno de un biólogo...

Carlos Finlay, mosquitos y la Fiebre Amarilla

          "…El día 28 de junio próximo pasado, llevé a la casa de salud de Garcini un mosquito cogido antes de que hubiera picado y lo hice picar y llenarse de sangre en el brazo de un enfermo, D. Camilo Anca, que se hallaba en el quinto día de fiebre amarilla (1*), perfectamente caracterizada, y de cuya enfermedad falleció dos días después. Habiendo luego elegido a F.S., uno de 105 veinte individuos sanos no aclimatados a esa enfermedad, que se encuentran actualmente sometidos a mi observación, le hice picar, el 30 de Junio, por el mismo mosquito. Teniendo entonces en cuenta que la incubación de la fiebre amarilla, comprobada en algunos casos, especiales, varía de uno a quince días, seguí observando al citado F.S.. El día 9 empezó a sentirse mal, y el 14 entró en el Hospital con una fiebre amarilla benigna, pero perfectamente caracterizada por el íctero y la presencia de albúmina en la orina, la cual persistió desde el tercero hasta el noveno día.
             El día 16 de julio hice picar en la misma casa de salud de Garcini un caso de fiebre amarilla grave, Don Domingo Rodríguez, en tercero o cuarto día de enfermedad. El día 20 me hice picar a mí mismo por el mismo mosquito, y en fin, el 22, hice picar a A.L.C., otro de los veinte observados. A los cinco días entró en el hospital con fiebre, dolores fuertes de cabeza y de cintura e inyección de la cara; duraron tres días estos síntomas, entrando en convalecencia el individuo sin haber presentado íctero ni albuminuria. Fue diagnosticado de fiebre amarilla abortiva por el facultativo de asistencia.

              El día 29 de Julio hice picar por un mosquito á D.L.R. que se hallaba gravemente atacado de fiebre-amarilla en la casa de salud de Garcini en tercer día de la enfermedad. El 31 hice picar por el mismo mosquito a D.L.F. otro de los veinte individuos de mi observación. El 5 de Agosto a las dos de la madrugada fue invadido de los síntomas de una fiebre amarilla ligera; presentó luego algún íctero, pero creo que no llego a presentar ninguna albumina; en todo caso su enfermedad fue calificada de fiebre amarilla abortiva.

          En fin, al 31 de julio hice picar por otro mosquito al mismo D.L.R., enfermo de fiebre amarilla en la casa de salud de Garcini, en quinto día ya de la enfermedad, de la cual falleció al día siguiente.
         EI 2 de Agosto hice picar por el mismo mosquito a D.G.S., otro de mis veinte observados. Hasta ahora esta última inoculación no ha producido resultado, pero como quiera que no han transcurrido sino doce días, todavía se encuentra dentro de los límites de la incubación.

Debo advertir que los individuos que acabo de citar son 105 únicos a quienes he inoculado por el mosquito, de la manera indicada, y que desde el 22 de junio hasta ahora (en el término de siete semanas) no han ocurrido entre mis veinte observados más casos de fiebre amarilla confirmada, ni tampoco de forma abortiva, que los tres primeros inoculados.
          Estas pruebas son ciertamente favorables a mi teoría pero no quiero incurrir en la exageración de considerar ya plenamente probado lo que aún no lo está, por más que sean ya muchas las probabilidades que puedo invocar en mi favor. Comprendo demasiado que se necesita nada menos que una demostración irrefutable para que sea generalmente aceptada una teoría que discrepa tan esencialmente de las ideas basta ahora propagadas acerca de la fiebre amarilla; mas, entretanto se proporcionan los datos de que aun carecemos séame permitido resumir en las siguientes conclusiones los puntos más esenciales que he tratado de demostrar ..... "


Doctor Carlos Finlay
"El Mosquito Hipotéticamente Considerado
como Agente de Transmisión de la Fiebre Amarilla"
Habana, 14 de Agosto de 1881

1* -  La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda e infecciosa causada por un virus que pertenece a la familia Flaviviridae. El agente etiológico de la enfermedad no se conoció hasta que en el verano de 1901 el Dr. James Carroll demostró que era sub-microscópico y demasiado pequeño para ser atrapado en los poros de un filtro de diatomeas que retiene bacterias. Carroll había observado a través de una serie de inoculaciones que un virus filtrable podía causar la enfermedad en el hombre (cita)


Las experiencias de Carlos Finlay ilustran sobre el tipo de diseño experimental de la época.
Encontraremos muchas reminiscencias entre la historia anterior y las de Giovanni Battista Grassi y Ronald Ross  en su búsqueda del mosquito transmisor de la malaria.   

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