lunes, 29 de octubre de 2012

Del cuaderno de un biólogo...

Una Cruzada Contra el Mal de Chagas

       "…Señor Ministro de Salud Pública de la Nación, Dr. Ramón carrillo; Señor Representante de la Oficina Sanitaria Panamericana; Señora del Prof. Salvador Mazza; Señoras, Señores: 


     …Sólo muchos años después del descubrimiento de la enfermedad, en 1934, le llegó a Chagas desde el exterior la confirmación parcial de sus geniales investigaciones clínicas. Fue en la Academia de Medicina de Río de Janeiro, pocos meses antes del fallecimiento del maestro y me cupo el honor de ser el portavoz de esos hallazgos clínicos, realizados en la Argentina, bajo la inspiración de otro maestro, el Profesor Salvador Mazza.

       Nosotros habíamos hallado en el Norte Santafesino una región donde eran frecuentes los casos agudos y crónicos de la enfermedad de Chagas y donde no había paludismo ni bocio endémico ni cretinismo. Los síntomas que presentaban los enfermos de tripanosomiasis podían ser únicamente achacados a la infección tripanósica y no a otra etiología; estos casos eran bien demostrativos de los postulados fundamentales de Chagas. 

       Así, antes de morir, tuvo el gran Investigador oportunidad de saber que en el exterior se reconocían las verdades básicas de su creación científica. El dormido estudio de la enfermedad de Chagas en el Brasil y en América despertó desde entonces a la voz de los argentinos.  

        Mazza, como un peregrino de la ciencia, recorrió nuestros campos y nuestras ciudades, creando el espíritu de la investigación y formando una brillante pléyade de discípulos que hoy lo honran - Miyara y los hermanos Basso en Mendoza, Santillán en Tucumán, Cornejo, Villagrán y otros en Salta, Canal Feijóo en Santiago, Benítez en Corrientes, Freyre y Salica en la zona chaqueña, Jörg y muchos más en otras regiones de nuestro dilatado país.


         Recién estamos llegando ahora a la etapa decisiva, gracias a la compresión y al apoyo de un Presidente a quien nadie puede discutir su grande y resuelto interés por el mejoramiento de la salud de nuestro pueblo y a un Ministro comprensivo de los problemas que afligen los dilatados campos de nuestra patria. Estamos llegando a la hora de las realizaciones prácticas, de cuyo afán esta conferencia es exponente.
          Estamos decididos a poner una barrera al progreso de una enfermedad endémica que, con tesón, recursos y espíritu de trabajo podemos dominar. Debemos ser una barrera como el agua o la montaña lo son para el desierto, cuando el genio maléfico que lo anima busca de ampliar su dominio. Ésta conferencia debe ser el punto de partida de la cruzada que debe terminar en la erradicación de la enfermedad de Chagas del país. Señor Ministro, lo invito a Ud. a dejarla inaugurada." 



Fragmento del discurso brindado por el  Dr. Cecilio Romaña,
representante del “Comité Organizador  y Director de la Dirección
de Lucha contra la Enfermedad de Chagas”, en la inauguración
de la Primera Conferencia Nacional de Enfermedad de Chagas.
25 de junio de 1953


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